I
El tiempo se acaba para Grecia (prisas, prisas) y respecto al resto se dilata hasta la exasperación. Minutos en llamas. Sumándolos todos, hogueras en cada rincón de Madrid, capital quemada por lamentos y sudores zafios (calor, calor: las voces han comenzado a tirarse por la ventana). Cuerpo a tierra. Es preferible esperar a que sucedan las cosas por sí solas porque de lo contrario no habrán sucedido nunca. Los ventiladores, aquí o en Europa, sólo sirven para remover el aire.
Calle derretida. India |
II
Y mientras tanto, entretenerse. Dejar que la capacidad de asombro nos encuentre desprevenidos y sin aliento. Aquí está ese niño chino, lo he visto tantas veces... "Cómo te llamas". No entiende ni pío. Intercede el padre: "Es Paco. 15 meses". Paco Wang Liu, qué pelo tan lacio tienes; qué tarde tan extraña te espera entre tus habichuelas mágicas (snacks, champús, refrescos de cola).
III
Conozco a Lillian Hellman y coincido: Las decisiones, sobre todo las importantes, me producen sueño. Por qué, por qué. "Tal vez porque sé que tendré que tomarlas por instinto,
cuando lo que otras personas me dicen que debo hacer es resolverlas
pensando".
laeducacioninteresante.wordpress.com |
IV
De camino a casa (¿es martes?), jugando a solas. Veo, veo. Talones recorridos por grietas, muslos inconformes en shorts, gestos inflamados de cerveza. Otro año en este jadeo de terral.
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