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domingo, 26 de abril de 2015

La visita

La visita llega antes de tiempo. No sé qué hora es, pero aún tengo el vaho de la ducha en la cara y el café atravesado en la garganta. Me acerco como un detective a la puerta. Maletas arrastradas por pisadas. Pies que llevan a trote voces. Vocablos familiares desprovistos de letra. En un minuto pasos, equipajes y gritos posan la montura sobre el felpudo en poesía imperfecta. 

Entró con la visita la primera inhalación de la mañana y sin notarlo la luz iría conquistando cada poro. Pasaron horas rápidas de jolgorio absurdo por compartir agua del grifo servida en una terraza. Horas estrechas paseando trofeos terrenales en bolsas de cartón y plástico. Hubo horas tuertas, horas blandas y horas sobrellevadas con paseos chamberibianos proyectando planes sujetos con hilo de cometa. Hay quien se desentiende de ellos, de los sueños, y los suelta al aire como una paloma que se sabe muerta. 

                                                 La cometa. Ignacio Pinazo

Las horas rápidas nos dejaron sin silencios y nos desbordaron con conexiones vitales, en una suerte de big data en la que fantaseamos sobre lo que fuimos; lo que seremos, lo que hubiéramos sido...Como dando por hecho que la existencia puede disfrazarse de tantos tiempos verbales para encarar lo que en realidad es. 

Es domingo: tras las horas llenas, fente a frente con el eco. 










martes, 14 de abril de 2015

Contando niños, vacas y perros

Hay tres cosas que veo todos los días: el portero del edificio, los contenedores de basura y los perros. Muchos perros. En Madrid hay medio millón y deben de pernoctar por algún rincón de la cocina de las casas; en el pasillo, que suele ser una zona de desahogo, o quién sabe si comparten sábanas de franela con el dueño. 

dns1.einge.com

Es un misterio que se une al misterio previo de cómo se organiza la gente para vivir en sus cajas de zapatos. Y no va por la superficie de los apartamentos. La vida en bloques está regida por algunos principios y uno básico es que el de arriba te taconea en la cabeza, igual que tú clavas las zancadas de las noches de insomnio en el cráneo del vecino de abajo. Al respecto pienso que funciona mejor tener vecinos mayores: es más agradable que te pise el cerebro una zapatilla de andar por casa, con su cadencia equilibrada, que unos mocasines ansiosos o las navajas en punta de su mujer. Pura subjetividad. 

srperro.com

Qué hacen esos perros. Qué comen y qué piensan de su vida. Vuelco la pregunta sobre ellos porque la versión de los  dueños me la sé. Que si por el día matan el tiempo viendo un rato el programa de Anarosa o escuchando a Pepa Bueno. Que si luego salen a alternar por la tarde y otros minutos antes de acostarse. Que si saludan a sus amiguitos de la zona... Cosas así. A veces les dejan ligotear pero para qué. La mitad están castrados y la otra ha cogido el vicio de resolver las cuestiones carnales por su cuenta. 

Ante la abundancia de canes, cada vez más restaurantes, peluquerías y tiendas les permiten entrar en los locales. El Mundo da hoy detalles sobre este asunto. Otros no corren la misma suerte.  También existe la tendencia hotelera creciente que prohíbe la entrada de niños en sus establecimiento porque gimotean, necesitan alzadores en la silla y a veces (sólo si sus padres lo consienten), gritan más de la cuenta.

En España sigue habiendo más vacas (5,8 millones de acuerdo al último recuento del INE) que canes (alrededor de 5,4 millones, según diferentes fuentes), aunque el número de niños (4,8 millones, de entre 0 y 9 años) es inferior al de perros.

Me gustaría toparme cada vez con más niños, menos perros y..., bueno, dejemos por hoy en paz al portero.











viernes, 10 de abril de 2015

TÚ lo HACES

runrun.es
runrun.es











Yo coordino, tú lo haces
Yo coordino, tú lo haces
Yo coordino, tú lo haces 
Yo coordino, tú lo haces
Yo coordino, tú lo haces
Yo coordino, tú lo haces
Yo coordino, tú lo haces
Yo coordino, tú lo haces
Yo coordino, tú lo haces
Yo coordino, tú lo haces
Yo coordino, tú lo haces

Y de tanto coordinar, el señor Yo acabó perdiendo sus destrezas y el habilidoso Tú se marchó de la oficina. 

Hasta hoy 

 

miércoles, 8 de abril de 2015

Coaching concentrado



Basta con que un hombre odie a otro para que el odio vaya corriendo hasta la humanidad entera  [Jean Paul Sartre]

wikiart.com



lunes, 6 de abril de 2015

Vuelve (cap. 3)

Capítulo 3

(recordar capítulos 1 y 2)

Te encontré recortando círculos dibujados con compás sobre una cartulina negra. Te encontré en la mesa de la cocina (la única que tenemos).

Un segundo
Dos
 
blog.berbury.com
Hablas:  "Vas a pensar que es algo raro. Pero es un objetivo común. Igual te ríes, no sé que pensarás de esto". 

Estiro los ojos. Los tuyos están quietos. 

Un segundo
Dos

Hablas: "Escribimos nuestros deseos. Todo lo que queremos. Sea lo que sea: material, espiritual, para el futuro o para ahora...Nos concentramos en las palabras y como somos muchas almas hay más energía que empuja el objetivo, funciona así. Se consiguen cosas grandes. Una casa familiar con jardín en El Escorial, por ejemplo". 
floresdedientedeleon.blogspot.com

Tenso la pupila un centímetro más. Las cejas se me remueven como saltamontes.

Realmente el 'club de los úteros'  (¿o lo llamáis círculo?) es más pragmático de lo que parece. Pedís casas, coches, trabajos, dinero, incluso novios sin pretensiones maritales y vacaciones en Ibiza. Me pongo un café para no perder detalle de lo que me cuentas. Por Dios, sigue Alessia. 

Un segundo. Dos, tres y cuatro.

Esta vez no dices nada.

Tendré que imaginarme la música de tambores para iniciarse en el club. Las personas. Sus caras, sus ropas, su edad, si es que existe alguna forma de medirla. Tantas preguntas...


flickrhievemind.net
Te has marchado a pasar unos días a La Vera. Quizá ése era tu deseo de cartulina,  y ahora estás comiendo fresas, paseando de la mano de Alfonso y remojando los pies en algún arroyo cristalino del Tiétar.

Pasa un día. Otro. Y el tercero

"Vuelve". Alzo la voz por si me oyes.