Marta tiene dos nombres que explican los dos lados de su vida. Es Martina cuando lee Celia en el Mundo de esa forma pausada pero firme que esculpe la voz de los niños en primaria. Es Martina cuando pinta y exhibe con despreocupación sus manos abullonadas que rebosan entre dedos. Martina la que tritura una montaña de galletas artiach y luego ríe. Martina porque le salen a borbotenes las canciones de Violeta y cierra los ojos y los aprieta mucho. Es Martina la que de repente te coge la mano para ir a buscar caracoles colgados.
Se hace Marta luego, cuando apagan las luces y la
oscuridad le rezuma en el pecho. Marta metida en la cama con un pijama de
Dora como único envoltorio. Marta la que no comprende por qué le cae agua de los ojos.
Cuando la protagonista de este breve relato sea mayor y vuelva a releerlo,a buen seguro que se emocionará,y se sentirá orgullosa con esta pequeña "radiografía" de su infancia y de la autora del mismo.
ResponderEliminarFelicidades!!!!