¡Dónde están los lavavajillas!

Somos escurridizos a la manera de una pastilla de jabón tradicional. Me conciencié de esto al llegar a la facultad donde ni siquiera entre los habitantes del piso nos poníamos de acuerdo para llamar a las cosas por su nombre. "Esto es un tendal". "Qué dices, esto es un tendedero". Era uno de los debates clásicos para adornar las madrugadas, ésas en las que las tertulias aún no eran un fenómeno de masas. El diálogo se retomaba por la mañana en un intento de sellar la paz con crispis y tostadas. 

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Las guerrillas léxicas, extendidas por las colinas que anegan los usos y costumbres sociales, eran nuestro Tetris particular. El juego vicioso donde las piezas de razones nunca cuadraban y...vuelta a empezar. 

La gente corriente lee uno o dos  periódicos al día; En España las casas están a 20 grados, lógicamente. Dos de cada tres se van de vacaciones al menos una semana, qué menos que una semana.  Lo habitual es levantarse antes de las 8 a.m. Un adulto normal visita al médico como mucho dos veces al año.

The poisoned pencil

De toda la estadística improvisada pocas veces comprobamos qué resultados eran un calco de la realidad y cuáles iban sesgados de deseos. Siempre sospeché de uno. Diez años después me animo a consultar: ¡Dónde están los lavavajillas! Se suponía que buena parte de España corona su cocina con el artilugio insignia de la clase media afianzada. Game over. Apenas si llega al 40% de los hogares (vivienda principal), señala el INE.


Qué es lo corriente. Qué es lo normal. A ver quién gana la partida.