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jueves, 25 de junio de 2015

El regreso de Súper A

La tuya podría ser la historia del súperheroe, pero si me das a elegir te prefiero así. Fuera del cómic has renunciado a tus poderes supraterrenales y hasta te dejas ver en Ikea comprando lotes de perchas y la mítica mesa de cento Lack color negro. Has vuelto tajada, con tetas imperfectas y centímetros de menos. Ahora caminas a ras de suelo con sandalias planas de floripondio cursi pero refinado, y ladras veces contadas. Tienes planes de piel para adentro. Ya no hablas de tatuajes, de americanas molonas con calaveras o del último gin con gominolas de frambuesa en el Válgame de Chueca. Tiene gracia:estás pasada de moda y no te importa. Escapas de tu sombra y la huida te ha llevado al apartamento nuevo. Año uno de tu república. Así comienzas.



(la presentación de Súper A )

domingo, 21 de junio de 2015

Arcones y truenos

Conocí a los hijos del carnicero antes que ellos a mí. En aquel momento no estaba segura de sus nombres, pero tenían que tener uno:  les puse Claudia y Ángel Luis. De modo inconsciente designamos las cosas por antítesis a lo que tenemos más cerca. El perímetro del carnicero lo forma un circuito de vísceras, chuletones y aparatos de refrigeración. La calidez, el arrullo vital, debía de estar en otra parte: en la manta de cuadros del salón de casa, en aquel llavero traído de un viaje a Lanzarote o en esos dos críos arropados entre consonantes de cadencia suave. 



                                                                         Botero


A Claudia me la encontré más de una vez sentada en el arcón de la parte de atrás de la tienda, ajena a su condición de ama de llaves de las terneras muertas. Allí, una tarde de junio, con sus muslos en hervor y el gesto distraído sosteniendo una maquinita de la era digital.  "Veep, veep".

Ángel Luis nunca anda demasiado lejos. Por algún motivo no le dejan revolverse. Es un ciprés ancho sin río ni poeta al que acecha una tijera cada vez que quiere crecer a lo alto. Ayer acompañaba a su abuela como el perfecto paje: cebeza pelada y camiseta y pantalón túnica. El pliegue de la nuca es el único ventanal por el que se descubre su envés de niño. 

Al terminar el día me los encontré sentados en la acera, abrochándose las deportivas. Carla y Pedro Pablo esperando a que su padre eche la persiana para ir a cenar a McDonalds. Sus nombres, los verdaderos, ojalá sean la vibración que anticipa una lluvia de truenos.

lunes, 15 de junio de 2015

coaching concentrado

"Es muy fácil caer en la cursilería y las metáforas de montículos y hondonadas, en una cosa aséptica o en algo soez. Yo me he planteado siempre ese problema e intento evitar esos tres peligros”. [Javier Marías] 

En la literatura como en la vida

Trama editorial (notodo.com)


hoja Excel

 
fotolog.com/isabella-spungen

miércoles, 3 de junio de 2015

la foto #Dos peces

Muy de mañana salieron del agua dos hermanos de sangre y sal. Idénticos peces en fugitiva impresión sobre la boca entreabierta del mar. Jugaron a ser ángeles aleteando sobre la nieve. Jugaron a ser gaviotas. Jugaron hasta hartarse y morder la arena con los dedos de los pies. Corrían, aullaban en una lengua extraña. Espaldas y glúteos cincelados en brisa.