La tuya podría ser la historia del súperheroe, pero si me das a elegir te prefiero así. Fuera del cómic has renunciado a tus poderes supraterrenales y hasta te dejas ver en Ikea comprando lotes de perchas y la mítica mesa de cento Lack color negro. Has vuelto tajada, con tetas imperfectas y centímetros de menos. Ahora caminas a ras de suelo con sandalias planas de floripondio cursi pero refinado, y ladras veces contadas. Tienes planes de piel para adentro. Ya no hablas de tatuajes, de americanas molonas con calaveras o del último gin con gominolas de frambuesa en el Válgame de Chueca. Tiene gracia:estás pasada de moda y no te importa. Escapas de tu sombra y la huida te ha llevado al apartamento nuevo. Año uno de tu república. Así comienzas.
(la presentación de Súper A )