Llevamos una semana de lluvia de cloaca con esencia a patatas de McDonalds.
Cuando llueve en Madrid los edificios se vuelven ridículos. Y todo por esos aparatos de aire acondicionado, la mitad de ellos con las aspas rotas, que me recuerdan
a la Venezuela de Chavez. Va ya una semana sin ver el sol. Me despigmento y ya no me hace gracia recogerme el pelo con un turbante de niebla.
Lorenzo, vuelve.
(Me he pintado los labios de magenta y puesto el collar babero)
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